SALUD MENTAL

Ansiedad por Comer

Autora: Psic. Andrea Viso

Empecemos por la primera verdad: la «ansiedad por comer» es un hábito, no una realidad fisiológica. Es común escuchar a muchas personas decir que sufren de «ansiedad por comer». Sin embargo, la realidad es que este concepto, en sí mismo, no es del todo correcto. No es que sintamos ansiedad y nuestro cuerpo automáticamente nos pida comida para calmarla. Lo que realmente sucede es que, a lo largo del tiempo, hemos creado el hábito de recurrir a la comida como una vía rápida para distraernos de la ansiedad.

En lugar de utilizar mecanismos saludables para gestionar la ansiedad, como los que mencioné en mi blog anterior. Muchas veces optamos por la comida. ¿Por qué? Porque comer nos da una gratificación inmediata, que calma temporalmente la incomodidad de la ansiedad. Sin embargo, este alivio es de corta duración y no soluciona el problema.

Con el tiempo, el cerebro aprende que comer es una forma rápida de sentirse bien, y así es como la comida se convierte en un hábito, una manera de lidiar con el malestar emocional. Este ciclo refuerza el uso de la comida como una distracción, pero no aborda las causas reales de la ansiedad.

Así, lo que sucede no es que estemos «ansiosos por comer», sino que usamos la comida como una forma de calmar nuestro malestar emocional o incluso aburrimiento. No es la comida la que alivia la ansiedad, sino el acto de desviar nuestra atención hacia algo placentero y familiar. La verdadera ansiedad sigue ahí, solo hemos aprendido a enmascararla a través del hábito de comer en exceso o de manera impulsiva.

Rompiendo el Ciclo

La clave para combatir la llamada «ansiedad por comer» no es restringir la comida, sino cambiar la relación que tenemos con ella. La comida es una fuente de energía y nutrición, no un escape emocional. Aquí te dejo algunos pasos que puedes seguir para romper este ciclo:

  1. Reconoce el patrón: el primer paso es notar cuándo estás comiendo por ansiedad o por una emoción y no por hambre. ¿Qué sientes antes de abrir el refrigerador o la despensa?
  • Practica la atención plena: detente y pregúntate si realmente tienes hambre. Haz una pausa de cinco minutos antes de comer algo que no tenías planeado. Durante ese tiempo, identifica qué emoción está impulsando el deseo de comer.
  • Busca alternativas saludables: en lugar de canalizar tu ansiedad a través de la comida, prueba técnicas que realmente te ayuden a manejar la ansiedad, como la respiración consciente, hacer ejercicio o simplemente salir a caminar.
  • No te castigues: si te das cuenta de que has estado comiendo por ansiedad, no te castigues ni te culpes. El objetivo es identificar el patrón, no generar más estrés o ansiedad.

La Ansiedad No Es el Enemigo

Es fundamental recordar que la ansiedad es una respuesta natural que tiene una función adaptativa en nuestra vida. Como expliqué en el blog sobre ansiedad ,, la ansiedad nos ayuda a estar atentos y enfocados cuando es necesario. No tenemos que temerla, solo aprender a gestionarla para que no se convierta en un obstáculo.

Cambiar nuestra relación con la comida implica entender que comer no es una solución para nuestra ansiedad, y que existen herramientas más eficaces y saludables para lidiar con ella. La clave está en aprender a canalizar esa energía de forma positiva, en lugar de recurrir a soluciones momentáneas como la comida.

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