Autora: Psic. Andrea Viso
Es común que se experimenten una variedad de síntomas físicos frente a la ansiedad, y el adormecimiento o cosquilleo en las manos es uno de ellos. Aunque puede resultar alarmante, es importante entender que estos síntomas son relativamente frecuentes y, en la mayoría de los casos, no representan una emergencia médica. La clave está en comprender cómo la ansiedad afecta el cuerpo y cómo podemos aprender a manejarla.
¿Por qué la ansiedad puede causar adormecimiento o cosquilleo?
Cuando sentimos ansiedad o estrés intenso, nuestro cuerpo entra en lo que llamamos «modo de lucha o huida» (un instinto que tenemos por naturaleza para protegernos). Esto significa que el sistema nervioso simpático se activa, liberando adrenalina y otras hormonas para preparar al cuerpo para un peligro percibido. Aunque este sistema es esencial para la supervivencia, puede generar síntomas físicos molestos si se activa por peligros aprendidos que no son reales.
El adormecimiento o los cosquilleos, conocidos como parestesia, ocurren por:
- Cambios en la respiración: cuando estamos ansiosos, tendemos a hiperventilar (respirar rápidamente). Esto altera el equilibrio de oxígeno y dióxido de carbono en el cuerpo, lo que puede afectar el flujo sanguíneo a las extremidades, causando sensación de hormigueo.
- Tensión muscular: la ansiedad también puede hacer que mantengamos los músculos tensos de forma inconsciente, especialmente en áreas como las manos, el cuello y los hombros. Esto puede reducir el flujo sanguíneo y provocar adormecimiento o cosquilleo en las manos y otras partes del cuerpo.
- Respuesta del sistema nervioso: el sistema nervioso reacciona al estrés de formas diversas. En ocasiones, la ansiedad puede hacer que los nervios envíen señales erróneas, lo que resulta en sensaciones extrañas como el hormigueo.
¿Es grave este síntoma?
Aunque el adormecimiento y el cosquilleo pueden ser síntomas incómodos, en la mayoría de los casos no son peligrosos si están relacionados con la ansiedad. Sin embargo, si estos síntomas son persistentes o vienen acompañados de otros como dolor en el pecho o dificultad para respirar, es recomendable buscar atención médica para descartar problemas más serios, como condiciones cardiovasculares o neurológicas.
La ansiedad no siempre causa síntomas físicos de la misma manera en todas las personas. En otros blogs de nuestra página he hablado sobre la importancia de entender que la ansiedad es una función adaptativa de nuestro cuerpo. Reconocer estos síntomas como parte de la respuesta de tu cuerpo al estrés es el primer paso para manejarlos adecuadamente.
Herramientas prácticas para manejar el adormecimiento y cosquilleo por ansiedad
Si bien el adormecimiento o cosquilleo puede ser incómodo, existen formas efectivas de reducir estos síntomas y prevenir que se intensifiquen:
- Prácticas de respiración consciente: aprender a respirar lenta y profundamente puede ayudarte a equilibrar los niveles de oxígeno y dióxido de carbono en tu cuerpo, evitando la hiperventilación. La respiración diafragmática es una excelente técnica para reducir los síntomas físicos de la ansiedad.
- Relajación muscular progresiva: esta técnica consiste en tensar y luego relajar diferentes grupos musculares del cuerpo. Esto ayuda a reducir la tensión acumulada y a mejorar el flujo sanguíneo a las extremidades.
- Mindfulness y meditación: la práctica de mindfulness puede ayudarte a estar más presente y consciente de tus sensaciones corporales sin reaccionar con miedo o preocupación. Es una gran herramienta para reducir los síntomas físicos y emocionales de la ansiedad.
- Actividad física moderada: mantenerse activo físicamente puede mejorar la circulación y ayudar a liberar tensiones. Incluso una caminata suave puede tener un efecto calmante sobre la mente y el cuerpo.
- Crea un ambiente adecuado para la calma: a veces, el entorno puede intensificar la ansiedad. Utilizar una máquina de ruido blanco, lentes para bloquear la luz azul o incluso practicar una rutina de cuidado personal antes de dormir, como mencionamos en artículos anteriores, puede ayudar a reducir los niveles generales de estrés y ansiedad.
El adormecimiento o cosquilleo en las manos debido a la ansiedad es un síntoma común y generalmente inofensivo. Sin embargo, comprender por qué ocurre y cómo gestionarlo es crucial para reducir su impacto en tu vida diaria. Al aprender a canalizar la ansiedad de manera adecuada, como mencionamos en el blog sobre cómo combatir la ansiedad, podemos evitar que los síntomas físicos se conviertan en un obstáculo.
Si experimentas estos síntomas de manera recurrente, es recomendable adoptar estrategias para manejar la ansiedad, como las técnicas mencionadas en este artículo. Recuerda, la ansiedad es una respuesta natural del cuerpo, y podemos aprender a manejarla de manera efectiva para mejorar nuestro bienestar físico y mental.